
El irrelevante TIEMPO, hoy volvió a mostrarme el camino de lo incierto.
Las nubes que sobre nuestras cabezas pasaban en ese momento,
seguro que miraron con recelo, como nos fundíamos de nuevo en un beso,
y lo cierto, ¿lo cierto?, lo cierto no existe, no existe tampoco lo perverso,
visto desde diferentes puntos, los conceptos son cambiantes, como el TIEMPO.
Y de nuevo nos enlazamos en una cadena, que no para de morderse la cola,
como esos días en los que por más que mires a tu alrededor ves lo mismo una vez y otra, y por más que intentas cambiarlo, hay está de nuevo, el reloj que sobre la mesilla,
marcando el ritmo del TIEMPO, la chaqueta, que en el respaldo de la silla va cogiendo forma cuadrangular, el libro, aquel que no terminaste de leer, por que te parecía siniestro, los miedos que enlatamos cada día y guardamos como amuletos, amuletos que no sacamos a la luz y mantenemos en secreto, para que nadie pueda
ver, nuestros sentimientos más sinceros, y la sinceridad se pierde en un negro agujero
que tapado con mentiras se alimenta por momentos, y alimenta el odio, la ira,
la rabia y el desenfreno.
Manuel Fernández Guerra