viernes, 30 de abril de 2010

Rico de tiempo perdido.

Hoy tengo claro, que las horas perdidas, por motivos extraños no son más que morralla añadida al tiempo y espacio de cada vida, de cada persona distinta.
No obstante la mayor parte de las veces, esas horas perdidas son las que marcan el rumbo, son los espacios temporales más productivos para un futuro inesperado y único,
con esto no digo, que toda persona que pierda el tiempo, tendrá un porvenir productivo ni mucho menos, si no mírenme a mi alguien con tanto tiempo libre, y dedicándome a hablar de ello, es algo absurdo pero a su vez entretenido.


Quiero que esta noche
pasen las horas volando,
sin mirar atrás,
sin melancolía,

Quiero que esta noche,
el viento susurre a mi oído,
aquello que quiera contar,
aquello que cualquier persona odiaría.

Quiero que esta noche,
sea cruel y sincera conmigo,
que me hable de caballeros andantes
inexistentes, de sueños errantes,
de canciones tristes y banqueros amables,
de sueños posibles, de buenas ideas,
de un placer indestructible,
y de cárceles sin rejas.

De deseos enlatados,
comprados a gusto del consumidor,
de pisos baratos, de amor de contenedor,
y sobre todo, sobre todo de ti,
de la necesidad de no necesitarte,
del placer de odiarte y a la vez amarte,
de no saber que decir cuando estas delante,
de todo de nada, del principio del fin,
de paradojas extrañas, de las rarezas,
de la miseria, la pobreza, de ser rico,
rico de espíritu, rico de ganas de llorar,
rico de sonrisas amplias…

Como ya dije antes, el tiempo perdido es productivo,
pero aun no he hablado del no perdido…



Manuel Fernández Guerra