sábado, 21 de noviembre de 2009

Me odio...


Me odio por amarte,
por empeñarme en lo imposible,
por aferrarme a lo improbable.

Me odio por odiarte,
por desearte lo infinito,
por no querer olvidarte.

Me odio por llorarte,
por no saber para qué he de soñarte,
por no aprender a terminar lo interminable.



Manuel Fernández Guerra

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